La moneda en Venezuela desde que tengo uso de razón está hecha mierda. El Viernes Negro llegó cuando era muy joven para saber que estábamos condenados a cadena perpetua. Juntos, los venezolanos entendimos que nuestra relación con la moneda es vacía, y que depende, como todo, de lo que sintiera el lejano, esquivo, necesario, maldito, caro y verde dólar gringo.
Los bolivarianos buchones gozaron el mal chiste del barril a 200, y sus ansias de refundación no se conformaron con una nueva Constitución (a la que no le paran media bola). Trastocaron la bandera y empujaron una reconversión monetaria a destiempo.
Ahora guardamos unos pocos Luisa Cáceres, Guaicaipuros o Mirandas en la bolsa y sacamos más fácil las cuentas dividiendo todo entre mil, agobiados con un dólar paralelo “Ilegal” que nos deprime con su sinceridad. A pocos importó los nuevos personajes de las monedas. Cuento con una mano los que en este cuarto saben de verdad qué carajo hicieron Luisa Cáceres o el mismísimo Miranda para apadrinar mis deudas. Si alguno se ofende cuando alguien manifiesta su desacuerdo a la censura, amordazando a punta de bolígrafo los billetes, que mire en los bolsillos del censor. La censura es inaceptable, así que los próceres que aguanten.
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Ya he visto varios billetes rayados, está buena esa campaña, ingeniosa, fácil, rápida. Voy rayando billetes, al que le caiga que la chupe.
ResponderEliminarExcelente AQUI HAY QUE PONER A HABLAR HASTA A LOS MUERTOS, que te digo yo próceres, si ellos joden a punta de billete que éste sea el que responda pués, entre otros porque los que quedamos vivos estamos hasta las bolitas, que si tenemos!!!
ResponderEliminarEmpecemos pues. Billete que caiga billete que se raya.
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